TITULO: Las horas subterráneas
AUTOR: Delphine de Vigan
EDITORIAL; Suma de Letras
AÑO DE PUBLICACION: 2010
Nº DE PAGINAS: 304
SINOPSIS
Mathilde ocupa un puesto directivo en un departamento de marketing. Atraviesa un mal momento en el trabajo y su vida pierde sentido: ha entrado en crisis.
Thibault es médico y atiende pacientes desplazándose de un lado a otro de la ciudad. Atraviesa un mal momento en su vida sentimental, se siente atrapado en su trabajo, no encuentra sentido a nada: ha entrado en crisis.
Sus vidas se alejan, se acercan, se cruzan en los caminos subterráneos de la gran ciudad, de sus trabajos, de sus pensamientos.
¿Es posible que en algún momento se encuentren? ¿Es posible el amor o simplemente la vida en una ciudad competitiva y cruel pero que también sabe ser generosa y humana?
OPINION
Había leído mucho y mayoritariamente bien sobre esta autora, así que decidí que era el momento de comenzar con ella, y buscando entre sus títulos me decidí por este “Las horas subterráneas”.
Aquí nos presenta a dos personajes cuyas vidas transcurren en París, las cuales por diferentes motivos no atraviesan su mejor momento. Ella trabaja en una gran empresa donde su jefe le está haciendo el vacío hasta dejarla prácticamente aislada. Él es visitador médico, estancado y hastiado de un trabajo que no le lleva a ningún sitio. Ambos se encuentran en una de esas encrucijadas de la vida en que uno desearía romper con todo y empezar de cero.
En principio los cimientos sobre los que sustentar la historia deberían ser prometedores. Parece claro que estas dos historias que van discurriendo paralelamente en algún momento de la novela tendrán que converger, provocando el desenlace que fundamente el por qué de la novela.
Pues no, te pasas toda la novela esperando que suceda algo que le dé sentido, y sencillamente no ocurre, así que cuando pasas la última página te preguntas ¿qué ha pretendido la autora con esta novela más allá de narrar hechos? Podría estar justificado si al menos nos hubiéramos encontrado ante un ejercicio de belleza literaria, la eterna búsqueda de la estética. Hay autores cuyas historias y argumentos flojean pero lo compensan con una prosa brillante. Pues tampoco, nos encontramos con una novela escrita con un estilo y una prosa muy normalitos.
Puedo aceptar (aunque no lo comparta) que un escritor se conforme con ser un narrador de hechos, siempre que tenga algo que contar; una buena historia, unos buenos personajes. De hecho en los últimos tiempos el panorama literario está repleto de simples narradores de hechos.
En este caso concreto es que no he encontrado a donde agarrarme, ni hay una buena historia, ni unos buenos personajes, ni búsqueda de la estética por parte de la autora, ni nada de nada. Es escribir por escribir sabiendo que hoy en día se publica cualquier cosa porque los lectores, en general, cada vez son menos exigentes.
En ese sentido, me ha recordado tremendamente y para mal la novela Un amor, de Sara Mesa que leí recientemente. Son dos novelas completamente diferentes, pero en ambos casos son novelas completamente absurdas que no llevan a ningún sitio, lo cual me lleva a pensar que el listón literario en general cada día lo ponemos más bajo.
Haciendo un ejercicio de generosidad podría decir que es una novela que nos habla del desencanto, de encontrarle un sentido a la vida que no consista solamente en transitar por ella a golpe de decepción, pero como digo eso sería ser demasiado generoso.
Después de la experiencia, no creo que vuelva a leer nada de esta autora, que pasa directamente a engrosar mi lista negra.
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